lunes, 3 de diciembre de 2018

LA PRIMERA VELA.


Comenzó el mes más mágico por excelencia. La Navidad está cada vez más próxima y cada año, para ir contando las semanas que restan para el gran momento, fabricamos nuestro centro de adviento. 


Ayer encendimos la primera vela y así iremos añadiendo otra más cada uno de los próximos domingos, hasta llegar al día de Nochebuena.


Sobre un contenedor de metal en tono cobre (cada vez me está gustando más utilizar el metal en éste color), he montado un arreglo con hojas naturales de arizónica, unos palos regalados por la naturaleza y bañados de líquenes, unas bayas y pajaritos (puedo parecer pesada con ellos, pero me gustan tanto y los veo tan apropiados para éstas decoraciones, que están por todas partes, Árbol, centros etc.). Solo faltan las cuatro velas con sus respectivas pizarras dónde queda claro el número de cada una de ellas.




¡Es que son tan monooooos!



¡Segunda vela lista para el encendido!



Éste tipo de centros quedan bien en casi cualquier lugar. El mío reside en la entrada, en ésta ocasión, y la verdad es que no me disgusta.



¿Dónde has decidido situar tú tu centro de adviento?



Muchas gracias por haberme visitado. Espero que te haya gustado. Te agradezco muchísimo tu tiempo. Vuelvo en breve.