sábado, 21 de abril de 2018

¿QUÉ SERÁ....SERÁAAAAA?

Después de un tiempito de asueto , o sea una mezcla de algo de trabajo, gripe y vaguería, vuelvo a tomar las riendas blogueras de mi vida y reaparezco con algo que me caracteriza. ¿Que podrá seeeeer?. Se admiten apuestas. Seguro que  lo sabes con tan solo mirar los elementos necesarios para la ejecución. Ahí va una pista definitiva.


¡¡¡Eeeeeso es!!!. ¡¡¡Bravo por ti!!!. Es una corona. Cada otoño al podar las enredaderas del jardín, hago acopio da largas ramas, que con cariño y paciencia, voy trenzando y dejando secar. Es ésta la razón de que la corona salga ya formada en la foto y también ha sido la pista de todas las pistas. Así que, unas ramas trenzadas, una de las maderas de la ducha de Daniel, que por el tiempo y el agua, ya se ve algo deteriorada y unos ramajos (artificiales) que andaban olvidados en un arcón, van a tener la culpa de lo que a continuación verás.
Comenzaremos enjabonando la madera y después de dejarla secar bien, la blanquearemos.



Esta vez no he conseguido este blanco tan desgastado con los métodos tradicionales, sino a base de cera. Te cuento que he fabricado mi propia cera blanca. Esto se consigue añadiendo a la cera incolora (que puedes hacer tu, igual que yo, o si lo prefieres comprar en cualquier tienda de bricolaje), un pigmento que se llama óxido de titanio. Lo utilizo también para conseguir el blanco en los jabones.




Con una buena mano de ésta cera, el resultado es muy bonito.




Desmenucé los grupos de hojitas artificiales para irlas acoplando a mi gusto sobre la corona. Una aquí, una allá.  Estratégicamente situadas, pero pareciendo que hubieran crecido así en plena naturaleza. No he querido cubrir por completo todas las ramas. Se ven muy bonitas entre el verde.




Una lazada, que lejos de quitar protagonismo a la guirnalda, le aporta un toque de importancia cuelga de la parte superior de ésta.








Otro detalle que estoy muy contenta de haber incluido es el estarcido que se deja entrever en el centro. Queda discreto, pero ahí está. Se  hace notar de forma muy elegante y suave y ¡¡¡¡me encanta!!!!.






Lo que me resulto más complicado fue fijar perfectamente la corona a la madera para que quedara inamovible. Esto lo conseguí con hilos de pescar invisibles y toques de silicona caliente por un lado y por otro. Estaba torpe y no había manera de centrarla y de que no se moviera en absoluto. ¡Con las ganas que tenía de verla terminada....!




¿Te ha gustado ésta nueva manera de poder lucir una corona?. Lo mismo se puede colgar y decorar una pared, que dejar sobre un mueble. Creo que yo, acabaré colgándola.
Muchas gracias por tu visita y el tiempo que has empleado en estar conmigo. Espero que hayas disfrutado. Nos vemos muy pronto.