Todo comenzó al traerme el armario de mi habitación de soltera. Estaba enamorada de él de toda, todita la vida. Un armario de dos cuerpos, de estilo francés y de madera maciza y muy dura, por cierto. Desconozco el tipo de madera que es, pero es durísima.
Nos era bastante necesario un armario en el recibidor. Todos los abrigos se iban colgando en el terminal de la escalera al llegar a casa y cuando venían visitas, acababan en la banqueta de la entrada.
El problema fue que era demasiado grande para el sitio que queríamos que ocupara. Pensamos en ponerlo en otra estancia, pero lo cierto es que dónde lo necesitábamos era justo ahí, así que ni corta ni perezosa decidí disminuir su tamaño, ahora sería un armario de un cuerpo. Mi santo se me unió y he de decir que ha currado tanto como yo. Me ha ayudado muchísimo y he descubierto que formamos muy buen tandem, cosa que él niega y reniega. No le interesa para nada mostrarse mañoso en estos menesteres. ¡No vaya a ser que le reclame con más frecuencia!. Después de sierra de calar, lijadora, masilla, cola.....y un largo etc. de materiales, el nuevo armario vio la luz, pero a la segunda, porque una vez montado , pegado y enmasillado, vimos que habíamos tomado mal las medidas y la puerta se colaba dentro.¡¡¡Ay que desesperación. A empezar otra vez!!! Fue un "parto" complicado pero muy exitoso. También tuvimos que poner nuevas patas porque en su momento mi padre las quitó y se perdieron. Te muestro ya a nuestra "criatura".
Ésta bonita moldura me volvía loca desde jovencita. Quería mi armario si, o si y no me negarás que de blanco y con su nuevo tirador luce estupendísimo. Como es natural, no me he deshecho de la puerta sobrante, ¡menudo pecado!, pero eso será otro post.....
Por dentro un campestre papel de puro estilo cottage lo viste y hemos añadido una pequeña balda y algún cesto en el suelo. Muy funcional, la verdad; pero claro....lo uno lleva a lo otro. Mi bonito armario ya no encajaba con nada de lo anterior ( ésto yo lo sabía desde el principio, pero me lo tenía callado. La idea era cambiarlo absolutamente todo).
Así que sin más, paso a enseñarte una vista general de nuestro nuevo recibidor.
Como puedes ver, he empapelado una de las paredes con el mismo papel del interior del armario. Es la primera vez que hago éste trabajo y estaba algo asustada pensando que podía liarla muy gorda. Al final salí adelante bastante bien y no descarto dar algún que otro toque de papel en algún otro rincón.
Junto al armario, esa pared me pedía a gritos una consola. No me costó encontrarla. Cuando la vi, me dije: "Es ésta".
Tiene un bonito gris perla que contrasta con el blanco y la pequeñas florecillas de la pared. Sus lineas redondeadas la llenan de elegancia, pero no deja de ser sencilla por ello.
En el sobre, la lámpara velón de mi abuelo, que antes tenía una tela brocada y color rojo antiguo. Era su tela original y la he guardado después de forrarla con ésta nueva, aunque la pobre está que se deshace por el paso de tantos años, pero la quiero conservar.
Al otro lado, cambio de espejo pintado por mi porque era plateado y sobre su luna, decidí fabricar una coronita de eucalipto que aromatiza gratamente el espacio. Retapicé la banqueta con igual tela que la lámpara de la consola y para dar más calidez en ésta época he dejado descansar sobre ella una manta de lana en un tono blanco roto.
Lo que viene ahora es lo que me queda por cambiar. Quiero hacer un mueble para cubrir el radiador, en breve. De momento. Mi cartel que invita a sonreír a nuestras visitas y alguna calabaza entre hojas otoñales, reposan sobre ésta balda en espera de su nuevo mueble.
Al otro lado de la consola, una bandeja aloja una regadera con hojas de hiedra y otra variedad rojiza y muy otoñal. Pequeñas calabazas y verdes manzanas junto a unas antiguas llaves dan el toque final al conjunto.
Un cuadro de gran formato contiene un pedazo de la misma tela de banqueta y velón y de paso, tapa los feísimos registros de la luz.
Una alfombra de nudo en el mismo tono de la consola cubre y da calidez al suelo.
Uno de los problemas al disminuir el tamaño de nuestro armario fueron la cornisa y el zócalo. También tuvimos que cortarlos y acomodarlos a las nuevas dimensiones y eso fue.......bastante complicadito, pero como ves, ha quedado fenomenal y después de pegar, enmasillar y pintar, nadie diría que no era así desde el primer momento de su vida.
Ésta nueva experiencia de trabajar con mi "churri" me ha
encantado, a él seguro que no tanto jajajaaa. Aunque le haga la pelota, creo que seguirá resistiéndose. Ya sabré yo ponerle caritas para la próxima....
Lo único que me resta es mostrarte como era nuestra entrada antes. La ha visto varias veces pero es muy fácil que no la recuerdes. Por supuesto no me he deshecho de nada y está situado en nuestra bodega que sigo prometiendo postear.
Gracias mil por tu visita y tu tiempo. Deseo haberte entretenido. Espero tu opinión. Ando liada con Halloween. Ya sabes que la que liamos aquí es gorda.... ¿Qué se le habrá ocurrido a ésta familia éste año?. Habrá que esperar para saberlo. ¡Ya falta poco! Me paso por aquí en breve.