Laura y yo hemos disfrutado al máximo. También mi santo, pero al pobre le tocaba hacernos las fotos.....
Bonitas florecillas crecen entre las rocas.
Las pasarelas de madera nos acercan a la orilla atravesando sus dunas salvajes.
Sus aguas transparentes invitan al baño.
Su arena es dorada como el sol que las inunda.
Los coquetos chiringuitos estilo chill out nos llaman para ir a tomar ricos mojitos, y cervezas al final de la jornada de playa.
Tumbonas y camas balinésas están preparadas para su uso.
Todo el lugar está lleno de hibíscos, buganvillas, lantanas, y muchas especies florales más.
Todo esto bajo las atentas miradas de los socorristas, cuya misión es digna de agradecimiento.
Cormoranes, y gaviotas también parecen estar velando por nosotros
Es un bonito sitio para relajarse y disfrutar.