domingo, 11 de febrero de 2018

RINCONES CON ENCANTO.

Soy alumna de colegio de monjas. Imposible era librarse de las tardes de clase de costura. Hacendosas y muy primorosas ellas ( las monjas ) intentaban transmitir lo mismo a sus alumnas. 
He pensado enmarcar alguno de los pañitos que en aquellas tardes cosí, entre charletas con mis compañeras. Es un bonito recuerdo que ahora decora el platero del comedor de mi cocina y trae a mí, momentos de la niñez.


El primer pañito es de punto sombra, que dicho sea de paso, ahora no podría reproducir..... y jaretas. Recuerdo como mi madre me aconsejó rodearlos de puntilla para presentarlos a final de curso. 


El segundo pañito elegido es de festones.



Dan un toque bastante vintage y romántico al platero, que de todo tiene menos platos......y también al ese espacio en sí.




Los marcos eran de un dorado muy fuerte, incluso algo agresivo, pero un par  de manos de pintura mate en espray con su consabido tiempo de secado, y ahora ya son blancos. Justo como yo los quería.



Están puestos sobre una tabla teñida en un tono rústico medio. He rodeado dicha tabla con una puntilla más ancha que la que enmarca   cada una de mis queridas labores y un pequeño cartel indica en que consiste lo que allí se muestra. Por supuesto encima de todo un cristal preserva  tan delicados trabajos. 



Te pongo algunas fotos de como queda integrado  el platero en el comedor, a ver si te gusta. Hace tiempo que hice un post sobre el antes y el después de éste.




Es un lugar de nuestra casa muy vivido.







Me encantará si me cuentas que te ha parecido la idea. Muchas gracias anticipadas por tu tiempo y mis deseos de que éste rato te haya resultado agradable.