Trabajo, ni que decir tiene, que lleva muchísimo. Cada detalle es minúsculo y todo debe guardar perfecta simetría.
No se puede dejar nada al azahar y todo tiene que estar bien planteado. Sin armonía no sería un Mandala.
La pincelada más intensa en unos trazos que en otros. Unas más
gruesas y otras más finas fueron dando forma poco a poco a la obra.
Armoniza bastante bien con la decoración de nuestra entrada.
Ha sido un trabajo nuevo que nunca había realizado y tengo que decir, que tiene su dificultad hacer los trazos lo más perfectos posible con el pincel.
Como puedes ver es casi imposible y fijándose, se ve algún que otro fallo. Ahora toca decir que es la perfección de la imperfección jajajaaa.
Lo que queda muy patente es que hay que tener el pulso bastante bien educado para tal faena.
Toda ésta maraña tenía yo dentro de mi cabeza. ¡¡¡Menos mal que me puse a sacarla!. jajajaaa
Hasta aquí el post de hoy. La moraleja que saco es que HAY VIDA DESPUÉS DEL ESTÍLO SHABBY. ¡¡¡Increíble, pero cierto!!!, aunque.....siempre será uno de mis preferidos.
Muchas gracias por el tiempo que me has dedicado. Espero que hayas disfrutado y decirte, que nos vemos en breve.