sábado, 22 de agosto de 2015

REGRESO DE LA CASITA DE LA PLAYA

Su ubicación no se encuentra en mi amada Cádiz (en un futuro ya veremos....), pero es un regalo que mi padre me hizo con todo su amor. Él me la compró para que pudiéramos pasar todo el verano junto al mar. Mi marido iba los fines de semana. Desgraciadamente Cádiz está demasiado lejos para un finde. Bien hubiera querido mi padre que estuviera en La Tacita de Plata..... pues pertenecía a esa maravillosa tierra, pero sacrificó su deseo por nosotros.
La casita de la playa está situada en una localidad que se ubica en Elche, y se llama Los Arenales de Sol. Lugar casi idílico, de playas naturales de arena dorada, y dunas que en otra entrada te mostraré. 



Decoración absolutamente coastal


Con predominio del azul agua


Estos dos grandes cuadros de arte subrealista están pintados por mi hijo Daniel, que ha hecho Bellas Artes.


La mesa de centro está reformada por mí. Puedes verlo aquí.


Este grupo de marinas, pintadas por mi. Puedes verlas mejor aquí


También este cuadro es mío. Para verlo, ya sabes, pincha aquí


Dos arcos ayudan a reforzar  el toque marinero


Mucha fibra natural, y plantas le da frescura



Caracolas, y regalos del mar la inundan 



Luz a raudales entrando por sus ventanas



Las plantas que no falten ni en la cocina (aunque sean de pega...)



La mini cocina (chiquita, pero bien equipada), abierta al salón por otro arco




Baúles que bien pudieran ser el tesoro de algún barco pirata en la entrada.


Del llavero cartero que cuelga de la pared, me declaro culpable. Si te interesa, a pinchar aquí


Nuestro dormitorio, que nuevamente refleja el amor por el mar. Las pequeñas miniaturas sobre uno de los lados de la cama, las he pintado yo, y puedes verlas aquí.


Que tampoco falten flores. Bouganvillas y hojas de palmera alegran las habitaciones.



Cojines de la tienda sueca tuneados por mí.




....y velas, muchas velas. Se me ocurrió colgar farolillos dentro de los faroles grandes como toque original.


Este sencillo dormitorio, desde el que ves el mar nada más abrir los ojos.





La marina, también mía, la encuentras aquí.


Chachi también amante del mar y los baños playeros, admira la vista muy atenta.


El cuarto de baño que sigue las mismas normas en su decoración.




Es tanta la claridad en el exterior que no se aprecia bien la vista, pero te la muestro ahora.




Trufa y Chachi en un ratito de relax.


En las noches calurosas, o al llegar de la playa, un agradable baño en la piscina.




 Y la joya de la pequeña casita. Mi padre tuvo muy en cuenta que se viera el mar. Él lo amaba tanto como yo.
Un privilegio para mí ser hija de mis padres, y un privilegio este regalo.
Perdón, perdón y perdón por ser tan largo este post, pero he preferido meterlo todo junto, y no en varias veces.