domingo, 22 de octubre de 2017

CON PERMISO.

Hoy, con permiso de Laura, nos damos una vueltita por su habitación. Hace unos meses que ha habido algún cambio que otro en ella y aprovecho para que los veas y me cuentes.....



 El espejo lo conoces, como muchas otras cosas. Lo pinté de blanco  y lo decapé . Puede que lo recuerdes porque hice un post sobre éste trabajo.


Se han pintado las paredes en un tono vainilla ( a mí no me hace mucha gracia, pero no es mi habitación y es el color que ella quería). La pared del cabecero nos hizo pensar de más. En principio pensamos en poner papel, pero una servidora tiene un trauma con el empapelado y siempre pienso en el problema de quitarlo, cuando pase de moda. Decidimos al fin, pintarla de un tono blanco cascara de huevo y hacerle una gracia.


Dicha gracia ha consistido en hacer con una troqueladora círculos 
de un papel de pared pero 
adhesivo y repartirlos de forma simétrica por todo el frente.


Hablamos de una habitación muy juvenil, pero con cierto aire romántico tanto en muebles, como en objetos que la rodean.




En los pomos del armario cuelgan saquitos de tela con popurri de lavanda que ayuda a tener agradable y relajante  sueño y el aroma que difunde por la habitación es muy agradable y delicado.




Sobre la mesita de noche una botella antigua con vaso a juego. Laura es de las que beben agua hasta de noche (no se parece a mí en eso.....). Una regadera de zinc con un bonito brezo y una lámpara muy sencilla, pero con una pantalla muy mona.


La sustitución  de  la cama y sus complementos, creo que es uno de los cambios más destacados. Se ha sustituido la cama nido de 90 cm. por una de matrimonio de 1.40.


Cabecero blanco de forja, funda nórdica de alegres flores  y una de sustitución con dibujo bastante invernal, para la época que en breve vamos a empezar.


El escritorio cuyo interior recuperé yo (seguro que lo recuerdas) y el librero, ya los conoces de sobra.



La lámpara de techo es de lágrimas de cristal  en suaves colores y forja.



  A un lado del cabecero cuelga una  corona con un simpático angelito, también está hecha por mí. Seguro que te lo has imaginado porque sabes como me gustan las coronas decorativas. Ésta es muy sencilla, pero la habitación no requería nada que fuera recargado.


Hemos llegado al final de la visita. Me encantará si te ha gustado, pero ya sabes que puedes decirme con confianza si es de tu agrado, o no.
Te agradezco mucho el tiempo que me has dedicado. Nos vemos muy pronto, otra vez.