lunes, 30 de julio de 2018

EL CABECERO DE LA TÍA CARMEN.

¡¡¡Ultimo trabajo con la zurdaaaa!!!. Si todo va bien, como es de esperar, mañana irá fuera la incómoda escayola.
¡A lo que vamos!. Mi tía es una señora de edad, pero solo por lo que dice su DNI, por lo demás es más moderna, avanzada y simpática que cualquiera de 20. Siempre digo que si se quiere pasar un buen rato, hay que ir a pasar la tarde con la tía Carmen..... y su cabeza......ayyyyy, muchísimo mejor que la mía. Ya no cumple los noventa, pero no la echarías más de setenta, y no es cosa mía, es que nadie cree que tiene los años que tiene. Bueno, pues como también es una gran amante de la decoración, llevaba tiempo queriendo un cabecero de rejilla. Yo la adoro. Es la hermana de mi padre y también mi madrina. La quiero muchísimo y rápido me puse a la búsqueda y captura de uno y en un mercado de antigüedades di con él. Sólo faltaba pintarlo de blanco, que es como ella lo quería. Era requisito indispensable y yo soy obediente.



He utilizado pintura a la tiza , ya que lijar me es harto complicado para mi en estos momentos y con ésta pintura, ya sabemos que podemos ahorrárnoslo. Tono blanco, tal y como la tía Carmen tenía claro.




Lo quería para el dormitorio de matrimonio de su casa de verano en la sierra de Madrid.




Se negaba a posar en una foto porque iba vestida de calle y estaba  sin maquillar y me hizo prometer, que no saldría su cara por éste motivo. No se puede ser más coqueta.... ¡¡¡Hay que verla a ella con sus pantalones de lino y sus camisetas y blusas tan estilosas!!!




Ella, también pinta. El cuadro que ves lo hizo cuando empezaba en éstos menesteres hace muchos años. Tampoco quería que lo dijera porque dice que es muy feo, pero la he hecho trampa. ¡¡¡me caerá una buena!!!. La verdad es que ahora es capaz de hacerlo mucho mejor. Esos fueron los comienzos.








Los girasoles del fondo, también de sus principios.




Después de tres manitas de pintura, he desgastado sutilmente en algunas zonas. Es casi lo que más me ha costado.





Aquí, uno de sus cuadros de pasta de porcelana ¿se llama así?, no estoy segura.




Tanto a mi tía, como a mi, nos encanta como ha quedado el copete central. Es uno de los encantos del cabecero, que es muy sencillo, pero bonito.
                                             


Muchas gracias por visitarme y por el tiempo que has empleado en ello. Me despido hasta septiembre. Me vendrá bien éste tiempecillo de dura rehabilitación para volver a tope. No te olvides de nuestra cita, ¿vale?. 
FELIZ MES DE AGOSTO.